miércoles, 12 de octubre de 2011

Medio Oriente y África del Norte: Se profundiza curso hacia guerras civiles


Crisis, guerras y revoluciones
Los sucesos de Africa del Norte y Medio Oriente, como dijimos, son el inicio de una revolución obrera y popular, la cuál se encuentra en pleno desarrollo. A la caída revolucionaria de los gobiernos dictatoriales en Túnez y Egipto –parte integrante de regímenes aliados al imperialismo y al sionismo-, estalló en Libia una guerra civil y posterior intervención militar imperialista, con Francia e Inglaterra a la cabeza.

En Yemén y Siria la situación se desarrolla en el mismo sentido: la dura represión a las movilizaciones de masas no derrotaron el inicio de la revolución sino que abrieron un curso hacia la guerra civil y una aguda división en las clases dominantes. En el primer caso, lo que se presentó cómo un conflicto “tribal” con los choques armados entre las fuerzas gubernamentales del régimen presidido por Saleh (aliado a EEUU) con las milicias del jeque Sadeq al Ahmar es, antes que nada, la división de las camarillas capitalistas que hasta ahora gobernaban juntas. Esta situación encontró un punto crítico con la salida del presidente, herido de gravedad, hacia Arabia Saudita, lo que fue celebrado por enormes movilizaciones en la capital del país, Saná. Todo parece indicar que se trata de la caída definitiva del gobierno yemení, un primer triunfo de la lucha de masas. A su vez, EEUU y los principales partidos de oposición plantearon la asunción del vicepresidente y la apertura de negociaciones entre las distintas alas de la burguesía, excluyendo la posibilidad de una sucesión presidencial entre los familiares de Saleh. Es una política para arrebatarle el triunfo a las masas y “congelar” su ascenso revolucionario.

En el caso de Siria, luego de más de dos meses de masivas movilizaciones exigiendo la caída del régimen presidido por Bashar al-Assad, estamos ante la misma dinámica. Ante las matanzas provocadas por las fuerzas del régimen, una tras otra movilización, se inició un movimiento de milicias armadas en el noroeste del país, en la ciudad de Jizr al-Shughur(Reuters) originados, aparentemente, en la división del ejército y el armamento de un sector de la población.

Esta situación revolucionaria en curso, se desarrolla en el marco de una crisis económica histórica del capitalismo. Nuevamente se habla del peligro de default de Grecia y otros países europeos, situación que se precipita producto de las políticas de ajuste que aplican los gobiernos capitalistas europeos, ya sean conservadores o “socialistas”.

La lucha de las masas de África del Norte y Medio Oriente empalma con la lucha de los jóvenes trabajadores precarizados y desempleados españoles (existe un 40% de desocupación entre los jóvenes). Podemos considerar estas movilizaciones como un “síntoma” que antecede a un nuevo ascenso general de la clase obrera- las manifestaciones han contado con el respaldo de amplios sectores de los trabajadores y el pueblo español-. Los jóvenes españoles “ocupando” las plazas centrales han tomado los métodos de los jóvenes árabes en las primeras etapas del proceso revolucionario abierto en Medio Oriente. Señalan la posibilidad de una recomposición con respecto a las derrotas sufridas recientemente por la clase obrera (2010), con relación a la aplicación de las llamadas políticas “de austeridad” (recortes de presupuestos y pensiones, privatizaciones, rebajas salariales en el sector público, etc), producidas fundamentalmente por la traición de las burocracias sindicales –UGT,CCOO- que negociaron con el gobierno del PSOE el grado del ajuste en vez de enfrentarlo, llevando a la derrota la primer oleada de luchas obreras contra el gobierno de Zapatero.

En Grecia también han tomado nuevo impulso las movilizaciones de la juventud trabajadora y estudiantil, frente al nuevo programa de ajuste del gobierno “socialista”. La desocupación en Grecia ya araña el 16%.

Por otra parte, la economía de EEUU está dando nuevos síntomas de desaceleración como el aumento de la desocupación. Ya suman 14 millones los que están sin trabajo. El aumento del desempleo que tuvo lugar en mayo confirma sin embargo que la economía estadounidenses se está desacelerando y que, consecuentemente, aumenta la posibilidad de que tenga lugar una segunda recesión tanto o más dura que la que se produjo en 2008 tras el estallido de la burbuja inmobiliaria de las hipotecas basura y la quiebra del banco Lehman Brothers en setiembre de ese año.” (“Aumentó el desempleo y golpeó a los mercados”, Ana Barón, Clarín del 4/6/11).

Es decir, las movilizaciones de masas, el inicio de guerras civiles, intervenciones militares imperialistas y luchas revolucionarias en Medio Oriente y África del Norte expresan una tendencia de conjunto de la situación internacional. Son la expresión de la profundidad de la crisis capitalista en curso.

Guerra civil e intervención imperialista en Libia

Las milicias revolucionarias, mal armadas y peor preparadas, compuestas por una amplia base de masas de miles de combatientes voluntarios, siguen luchando en varias regiones. Los principales combates contra el ejército de Kadafi ocurren en Brega (ciudad petrolera del este) y Misrata, que es la tercera ciudad en importancia y esta ubicada a 200 km de Trípoli, la capital. En Misrata las milicias retomaron el control de la ciudad a mediados de mayo. Los combates, que continúan en la periferia de esta ciudad, dejaron un alto costo para los milicianos: holgadamente superan los 1500 muertos.

Las últimas informaciones periodísticas dan cuenta de combates a 40 km de Trípoli en Zawiya, Yefran, Situan y otras ciudades de las afueras de la capital, cuyos levantamientos fueron derrotados hace tres meses por el ejército de Kadafi y permitieron a este retomar el control del oeste del país. El curso de la guerra civil muestra avances parciales e inestables para las milicias revolucionarias que se alzaron para tirar abajo el régimen encabezado por Kadafi y son parte de la oleada revolucionaria que recorre la región.

La intervención imperialista al servicio de derrotar el ascenso de las masas libias por medio de la cooptación del movimiento también avanza. España, EEUU, Alemania, pero tambien China y Rusia han estrechado relaciones con el CNTL, cuyas principales autoridades, hasta hace poco fieles al régimen se han transformado abiertamente en peones del imperialismo.

Esto está en línea con la política yanqui, que de las primeras dudas sobre si sostener o no a los gobiernos dictatoriales que eran sus aliados pasó al anuncio de ayuda política y financiamiento para montarse sobre todos los movimientos democrático-revolucionarios que se desarrollan y estrangularlos con la ayuda de sus agentes locales. Por su parte Kadafi, quien en los últimos 20 años fue un aliado clave del imperialismo queda cada vez mas aislado.

La escalada es política y militar. Los bombardeos sobre Trípoli buscan o bien asesinar a Kadafi o terminar de desbandar a la cúpula del régimen.

Los asesores militares imperialistas que actúan en el frente de batalla y el despliegue de armamentos propios de la preparación de operaciones terrestres (Francia e Inglaterra han enviado helicópteros para atacar las tropas leales a Kadafi) a la vez que buscan subordinar a las milicias populares son la punta de lanza del posible intento de desplegar tropas de la ONU en Libia, algo que según el ministro de relaciones exteriores inglés sucedería después de la caída del régimen, pero que nadie puede asegurar que no suceda antes a partir de las tropas OTAN.

Es una situación compleja. No es, simplificando o haciendo analogías esquemáticas como se puede definir una posición revolucionaria en Libia, no se trata sólo una dictadura de una nación semicolonial que está sometida al ataque imperialista. Acá hay otro sujeto social que es el fundamental factor dinámico de la situación revolucionaria. Estamos ante un profundo movimiento revolucionario de masas de alcance regional y cuyas consecuencias tienen implicancias mundiales. El punto de partida es el triunfo de las milicias revolucionarias, por el derrocamiento de Kadafi, por la expulsión de la intervención imperialista de la OTAN o la ONU, para que asuman el poder no los proimperialistas del CNTL sino consejos obreros y populares.

La cuestión palestina

Otro eje de la situación de Medio Oriente es la dinámica que ha tomado la cuestión Palestina que esta llamada a ser nuevamente uno de los principales factores de convulsión política.

Obama se pronuncio por la creación de un estado palestino independiente partiendo de las fronteras del 67’ (aunque después dijo que se trataba sólo de un punto de partida para las negociaciones entre el gobierno de Israel y la ANP), algo que el propio Netanyahu, rechazó.

Este punto de arranque no es nuevo, al contrario ha sido la base de la discusión de distintos “planes de paz” anteriores. Lo nuevo es la situación de la lucha de clases. El gobierno estadounidense quiere que se retomen las negociaciones bilaterales, para evitar que ese Estado sea proclamado en la ONU, durante setiembre, sin el acuerdo de Israel.

Israel se prepara ya para ese escenario: “El Gobierno israelí teme que la previsible decepción de septiembre próximo, el mes que por razones diversas los palestinos habían establecido como punto de arranque de un Estado independiente, fomente la organización de marchas masivas hacia los puestos fronterizos. Eso obligaría al Ejército de Israel a perpetrar grandes matanzas de personas desarmadas y empeoraría sustancialmente su imagen internacional” (El País, 6/6/2011). Que grandes masas intenten llegar a los territorios usurpados por el Estado de Israel, aumentando lo que ya ha comenzado a suceder en varias manifestaciones masivas y combativas en las cuales centenares de jóvenes rompieron los alambrados e intentaron cruzar la frontera es, mi mas ni menos, que la caracterización por parte de Israel de que espera una nueva Intifada.

Que Hamas y Al Fatah busquen establecer un gobierno de unidad nacional en Gaza y Cisjordania alrededor de acuerdos basados en este programa imperialista es la búsqueda de fortaleza para aplicar esta salida reaccionaria, basada en la ilusión de un estado independiente sobre el despojo de una nación ocupada, a la situación explosiva. No olvidemos los intentos de sectores de la juventud palestina de iniciar un proceso de movilización reclamando libertades democráticas en los territorios ocupados, los cuales han sido reprimidos por la ANP.

El fin de la opresión nacional de que son victimas los palestinos pasa por la destrucción del estado de Israel. El fin de las guerras, del racismo, el derecho a la vuelta de todos los refugiados, la igualdad de derechos y la tierra para todos los que quieran vivir en Palestina, árabes y judíos, hombres y mujeres, cristianos, musulmanes y ateos pasa por la instauración de una Palestina laica y multiétnica en todo el territorio de Palestina. Esta Palestina solo podría nacer bajo la forma de un Estado de obreros y campesinos. La única clase capaz de realizar esta obra histórica es la clase obrera.

Por una internacional obrera y revolucionaria, bajo los principios de la IV Internacional

Colocarse enteramente en el terreno del desarrollo de la lucha de masas y la guerra civil. Impulsar su lucha democrática, combatiendo al mismo tiempo las ilusiones con las que el imperialismo y todos los reformistas pretenden estrangular los alzamientos revolucionarios. Combinar en el curso de la lucha todo tipo de medidas que respondan a las necesidades inmediatas e históricas de la clase obrera y explicar que aun el régimen capitalista más “democrático” será incapaz de satisfacerlas, que lo que hace falta es que la clase obrera gobierne. Todo esto explica la necesidad de la construcción de una Internacional revolucionaria, el Partido Mundial de la Revolución Socialista, basada en los principios de la IV Internacional. El PRS- La Causa Obrera se coloca en esta perspectiva.

Andrés Caseros

Twitter Facebook Agregar a Favoritos