miércoles, 7 de diciembre de 2011

ABORTO: Una demanda pendiente a resolver


En el año 2007 se formuló la ley de legalización y despenalización del aborto. El proyecto fue impulsado por las diputadas de Libres del Sur entre otros, pero responde a las demandas de un sector del feminismo que viene impulsando esta discusión desde distintos ámbitos. Entre sus aspectos más importantes, la ley propone la interrupción del embarazo hasta las 12 semanas de gestación, el acceso gratuito en hospitales públicos para realizarse la intervención, con contención psicológica previa y posterior de la misma, no se requiere un permiso judicial para realizarse el aborto, sino el consentimiento escrito de la mujer, sólo en los casos de menos de 14 años las jóvenes deberán tener la autorización de su tutor o responsable, pero se prevé la importancia de respetar y privilegiar la decisión de ella sobre su cuerpo. Se plantea que sea de acceso gratuito, principalmente dirigido a la clase más oprimida y explotada de la sociedad que son los más afectados en muertes y consecuencias médicas por los abortos clandestinos. En nuestro país se realizan aproximadamente 500.000 abortos clandestinos por año, en los cuales mueren 800 mujeres, ya que se hacen en condiciones inhumanas y sin la asepsia necesaria, causando infecciones que les cuestan su propia vida. Cuatro de cada 10 embarazos son interrumpidos, una de las cifras más altas del continente, y que incluso continua aumentando pese al programa de salud reproductiva. Este programa pretende brindar acceso gratuito a la anticoncepción, acceso que sabemos es limitado ya que está prácticamente ausente en hospitales y salitas de los barrios obreros.

En líneas generales la ley responde a las consignas levantadas por las corrientes reformistas feministas con respecto al aborto, que de ser promulgada es un avance importantísimo, pero no podemos depositar nuestra confianza en que un parlamento que responde a los intereses de la burguesía garantice su aplicación, hay sobradas muestras de esto.

Esto queda demostrado en el momento de plantearse la discusión, en el cual los diputados del Frente Para la Victoria brillaron por su ausencia el 1 de noviembre, siguiendo la línea de la presidenta, la cual afirmó abiertamente estar en contra de la legalidad del aborto. Su política de asignación universal por hijo, y asignación a mujeres embarazadas va en ese sentido, entonces ¿por qué abortar en un país donde el Estado crece y dice estar presente? Porque nosotros afirmamos y sostenemos que las mujeres debemos ser libres sobre nuestros cuerpos y nuestras decisiones de vida.

El gobierno no tiene ningún proyecto de ley, ni nada que se le parezca, para las mujeres, ya sean adultas o niñas, que tras ser violadas quedan embarazadas, ni hay programas para las escuelas sobre educación sexual. Si bien ya existe una ley al respecto, ésta no es implementada y la educación sexual brilla por su ausencia en las escuelas.

Para que las mujeres y los hombres podamos decidir sobre nuestras propias vidas debemos luchar contra el gobierno y el estado burgués que es nuestro enemigo, que nos oprime, nos aliena y no nos deja vivir ni pensar libremente. El Estado baja línea desde la televisión, los diarios, los intelectuales, que tratan de definir a las mujeres que abortan como asesinas, poniéndose en el papel de juez moral. Como el caso de Romina Tejerina a quien tras un shock psicológico mató a su hijo, ya que al ver su cara recordó la cara de su violador. Ella está presa en una cárcel común y el violador suelto haciendo su vida como si nada hubiera pasado.

La Iglesia Católica, que es mantenida por el Estado burgués, es la más ferviente opositora a que se sancione la ley, se define como la defensora de la vida y protege a sacerdotes que son violadores de niñas/os como Grassi y otros tantos que no se dan conocer para no dejar más en evidencia a esta Iglesia reaccionaria, conservadora y oscurantista, que también fue cómplice y garante en la última dictadura militar del robo y apropiación de bebes nacidos en cautiverio.

El debate respecto a la legalización del aborto nos incumbe como revolucionarios y revolucionarias, ya que representa un importante paso en la emancipación del género femenino como víctima directa de la estructura familiar patriarcal, pilar superestructural y estructural del sistema capitalista. También planteamos la separación del Estado con la Iglesia, pero para esto debemos organizarnos y luchar de manera conjunta. Porque los intereses de la clase obrera son de las mujeres y de los hombres. Sostenemos que esta lucha debe ser tomada por las organizaciones obreras, donde los compañeros y compañeras trabajen en conjunto, en comisiones para debatir, profundizar y garantizar el tema de la legalización del aborto y de otros vinculados, como la violencia de género, la educación sexual o la trata de personas. Que lo tomen los sindicatos y las centrales obreras, que sea una lucha de toda la clase trabajadora, porque es la más afectada por sus nefastas consecuencias.

Por un programa que abarque todas las reivindicaciones de género, democráticas y estructurales postergadas por este sistema.

En esta lucha levantamos las banderas con las siguientes consignas:

-Aborto legal para no morir, anticonceptivos para no abortar

-Educación sexual en todas las escuelas, tanto públicas como privadas

-Libertad a Romina Tejerina

Juanita y María Clara

Algunas cifras

-500.000 abortos se realizan por año.

-800 mujeres mueren por año por abortos clandestinos.

-10% de los abortos comprometen a jóvenes de entre 15 y 19 años.

-1/3 de las muertes de adolescentes es a causa de las consecuencias del aborto clandestino.

- 55.000 mujeres por año se internan en los hospitales públicos por las consecuencias de abortos mal realizados.

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