Unir a los 1300 trabajadores para
continuar la lucha contra los despidos, por los cambios de tareas y en defensa
del Cuerpo de Delegados
La 60
desnuda la crisis del transporte y la represión kirchnerista contra los
trabajadores
Como hizo antes con los maestros y los trabajadores
del subte, el gobierno dedico un párrafo del discurso presidencial realizado en
cadena nacional por el tema de YPF, a la lucha de la 60. Cristina dijo allí que
“tiene que lidiar con la 60”. Este
planteo de Cristina estuvo destinado a justificar el descomunal operativo
conjunto de más de mil efectivos de la infantería de la provincia de Buenos
Aires (Scioli) y la gendarmería (Garré), para amenazar con desalojar a los
trabajadores de la cabecera de Ing. Maschwitz que se encontraban realizando la
huelga con permanencia en su lugar de trabajo. Esto forma parte de un
“repertorio” que el gobierno toca cada vez más seguido ante el deterioro de la
situación económica y social: encarcela y enjuicia trabajadores, realiza actividades
de espionaje contra dirigentes y activistas, reprime las huelgas, etc.,
mostrando de esta forma que el gobierno y las fuerzas represivas del Estado
están al servicio de los intereses de la clase patronal. En el caso de la 60 el
eje de todos estos ataques es destruir al Cuerpo de Delegados.
El kirchnerismo durante los años de crecimiento
económico hablaba de “redistribución de la riqueza” y afirmaba que no
reprimiría la protesta social. Es que cuando la patronal gana mucho dinero
intenta mantener condiciones de paz social basadas en algunas “concesiones” que
le permita un “buen clima de negocios”. Pero Cristina ahora habla de “sintonía
fina” (o sea de ajuste) y califica las huelgas y las luchas obreras como
“extorsiones”.
Pero la lucha de la 60 también es atacada porque puso
al descubierto la crítica situación del transporte público producto de la
política del gobierno nacional que mantiene el mismo “modelo” de privatización
con respecto a trenes y subte y una política de subsidios que ha enriquecido a
la patronal del colectivo a los largo de estos años. El crimen social de Once
fue la expresión más brutal de una situación que muestra como las patronales
amparadas por el gobierno nacional se enriquecen “atando con alambre” los
trenes sin importarles la vida de los trabajadores. En el colectivo es igual
que en el tren. Líneas como la 25 siguen de paro porque los empresarios no
tenían ningún colectivo ¡NINGUNO! en condiciones de funcionar (dicho hasta por la propia CNRT) La patronal de la 60 dice
por los medios que ha renovado casi la totalidad de su flota con modelos 0 km,
pero tiene guardadas gran cantidad de estas unidades en las playas de
estacionamiento para cobrar los subsidios sin poner los servicios en la calle
(salen alrededor de 28 colectivos por hora cuando deberían hacerlo 54 en
cabecera Constitución).
Entre las reivindicaciones de los choferes de la 60
están el respeto a las frecuencias y la calidad del servicio (que hace a las
condiciones de trabajo de los choferes y a la forma en que los trabajadores
viajan) y los “cambios de tarea”, es decir, que se mantenga el puesto de
trabajo a aquellos choferes que han dejado su salud trabajando en estas
condiciones y que ahora la patronal pretende echar como perros. Estas reivindicaciones
pusieron el “dedo en la llaga” al cuestionar este “modelo kirchnerista”
de transporte.
5 días de huelga
El paro de 5 días con 100% de adhesión, las
movilizaciones y los piquetes en Panamericana y Capital mostraron la enorme
fuerza del reclamo que se colocó como uno de los ejes de la situación política
(justamente por eso la huelga fue tan duramente atacada por el gobierno).
El dictado de la conciliación obligatoria (con la
reincorporación temporal de los despedidos) planteó la discusión sobre la
continuidad o no de la medida.
Un sector del activismo con justeza reclamó la
convocatoria a una asamblea general (que dadas las características de la
empresa fueron masivas asambleas en cada cabecera) para pelear por continuar la
huelga que era la posición minoritaria en el Cuerpo de Delegados. Las asambleas
mostraron una paridad entre las posiciones en discusión, lo que ponía de
relieve privilegiar la unidad de los 1300 choferes de la 60 para proseguir la
lucha una vez vencida la conciliación obligatoria. Con poco y nada de
“diferencia” se continuó el paro, lo cuál fue advertido por la patronal y el
gobierno que unas horas más tarde lanzó el operativo amenazando con el desalojo
de Maschwitz, que si bien no consumó la represión mostró la dificultad de
continuar la medida en esas condiciones. Los compañeros de Maschwitz se
mantuvieron con gran firmeza frente a cientos de miembros de la infantería y
gendarmes pero esta situación igualmente
fortaleció el planteo de levantar. Era muy difícil postergar la decisión para
una asamblea al mediodía como se había hecho el día anterior.
Nosotros combatimos la idea impuesta por la
burocracia sindical que persigue a todos los que no se someten a sus
posiciones. Creemos que la democracia sindical es la posibilidad de que se
expresen todas las posiciones y críticas con total libertad. La lucha por las
posiciones no “divide” como dice la burocracia sindical, la acción de todos los
trabajadores se unifica en asambleas. Consideramos que si el Cuerpo de
Delegados defendía la continuidad del paro y trabajaba para fortalecer su
carácter activo los trabajadores habrían apoyado mayoritariamente esa
decisión.
Actualmente, la patronal debió aceptar que los
despedidos reingresen pero no les ha dado tareas. Aunque siguen las
negociaciones en el marco de la conciliación obligatoria, tampoco la patronal
ha accedido a dar los cambios de tareas. Son síntomas de que la patronal de
DOTA, La Union tranviaria Automotor, y el gobierno mantiene su ataque contra
los trabajadores.
Ante esta situación, los 1300 trabajadores de la 60
deben unirse alrededor de la defensa de los despedidos, por los cambios de
tareas y demás reivindicaciones. Alrededor de estas reivindicaciones hay que
defender el planteo de un paro activo si la patronal mantiene esta postura.
Con cerca de 2000 choferes en diversos conflictos
(líneas 24, 25, 60, etc) la dirección de la UTA debería convocar a un plan de
lucha y paro de Capital y provincia de Buenos Aires hasta obtener estas
demandas. Pero la UTA, claro está, no tiene esta posición.
Trabajemos entonces por un Frente Único que agrupe a
todos los sectores del transporte que están peleando y a las comisiones
Internas, Cuerpos de Delegados y agrupaciones combativas del colectivo, del
subte y del tren para desarrollar una lucha conjunta.
Por último, agrupemos en un Comité de Solidaridad a
todos los sectores obreros, políticos, sociales, estudiantiles que defienden la
lucha de la 60.
0 comentarios:
Publicar un comentario