(Editorial)
Trabajo, Derechos Humanos, Malvinas, YPF, vivienda, etc.,
ninguno de los temas que preocupan profundamente a la población ha escapado a
la demagogia kirchnerista. Los
espectaculares y mediáticos anuncios de
CFK intentan mostrar a un gobierno con soluciones e iniciativa, tendiendo una
cortina de humo sobre el crecimiento de las profundas contradicciones
económicas que cada día afectan más “al modelo”. Así, según sus propias
declaraciones, pasamos de un modelo “blindado”
a un modelo “ordenado” y de pronto a un país “al que el mundo se le cae
encima”.
Consciente de los tiempos que se avecinan, la presidenta,
en reiteradas oportunidades advierte a una
abigarrada comparsa que la sigue a cada uno de sus actos y por difusión
“oficial” a todos sus seguidores del país,
que “Él” siempre le recordaba “que había sido tan grande el
susto, allá en el 2001, que ningún empresario, ningún banquero, ningún político
podía salir a la calle”, es decir que ha llegado el tiempo de cerrar filas para defender “lo
conquistado”. Este recuerdo, a pocos días de un nuevo aniversario de la represión en Puente
Pueyrredón y de los asesinatos de Kosteki y Santillán, expresa el más profundo
de los temores que padecen, no solo el Kirchnerismo, sino todos los
empresarios, banqueros y políticos que apoyan al “modelo”, de que a partir del deterioro económico comience un
ascenso en las luchas de los trabajadores.
Es que lo que el Kirchnerismo ha conquistado no es poco,
abrir en gran parte de la población toda
una etapa de expectativas logrando un disciplinamiento en lo institucional
y en la explotación de los trabajadores
que ha llevado a la propia CFK ha señalar que en toda esta etapa “industriales
y empresarios la juntaron con pala”, a lo que la Unión Industrial Argentina
(UIA) respondió que “si bien es cierto que los empresarios del sector tuvieron
ganancias, los que verdaderamente la juntan con pala son las empresas
nacionales y multinacionales subsidiadas ligadas a la explotación de los
servicios” Es decir, el debate de los
patrones expresa con claridad, que en realidad todos la juntan con pala.
Mientras que gran parte de la población continúa sin resolver los problemas de
trabajo, vivienda, salud, educación, etc.
El último anuncio de la construcción de viviendas sirvió
para que la presidenta instalara de lleno la dimensión de la crisis y el ajuste
"No lo hacemos en cualquier momento (el
lanzamiento del plan de créditos), lo estamos haciendo en un momento de
dificultades económicas sin precedentes que vienen de afuera"
reconoció.
¿Cómo no reconocerlo? Con más de
veinte provincias con las cuentas en rojo,
no hay cortina de humo que valga. Dos recientes informes económicos
vaticinan un escenario muy similar al que vivieron Alfonsín y De la Rúa previo
a sus propias crisis. Los niveles de
coparticipación federal han caído este año alrededor de un 8 por ciento,
“la insostenible situación financiera de las provincias que ante la
desaceleración económica, la falta de ayuda del Gobierno nacional (que no
cumple con la coparticipación ni con el programa de sustentabilidad fiscal
prometido en 2011) y la puja salarial, empezaron a colocar deuda con
financiamiento en el exterior comprometiendo sus cuentas en el futuro
inmediato”. El conjunto de las provincias, a pesar de estar “liberadas” del
pago de deudas con nación, presentará necesidades de financiamiento por casi
30.000 millones de pesos (1,2%del PBI).
El tema de
los superávits
Pero, el problema recién empieza
puesto que la realidad objetivamente nos muestra que se ha evaporado la
fortaleza fiscal. Recordemos que la recaudación fiscal interna, impulsada por
el crecimiento de la actividad económica, superaba el aumento del gasto
público, generaba un superávit fiscal, bandera del Kirchnerismo todos estos años,
nada que ver con la situación actual, el gasto público crece en forma
exponencial y los ingresos por debajo de la inflación, es decir que los gastos
crecen por encima de los recursos poniendo fin a la política de los
“superávits”.
Con respecto al superávit comercial
(diferencia positiva entre lo que vende y lo que compra el país), después de 10
años consecutivos de situarse por encima de los 10.000 millones de dólares,
hoy, la menor demanda brasileña y la
baja de los precios que afectarán a las exportaciones (Soja transgénica y sus
derivados, carne, maíz, trigo) dejaran
un saldo en la balanza comercial que no
supera los US$7.500 millones, lo que,
como dicen los informe, “restará dólares a las arcas públicas”; hasta tal
punto, que con el objetivo de mantener, en parte, el superávit comercial el
gobierno ha puesto en marcha mecanismos restrictivos de importaciones de bienes
físicos, lo que implica una desaceleración de la producción que depende de las
importaciones con el consiguiente deterioro del empleo.
Si a este cuadro le sumamos los
compromisos de pago de la deuda externa por los cuales el gobierno acumula
dólares a partir del “cepo cambiario”, el déficit energético y los
multimillonarios subsidios a las privatizadas que el gobierno “nacional y popular”
defiende, sostiene y está dispuesto a afrontar, veremos como la crisis del
capitalismo mundial golpea a un “proyecto” patronal más, que en el marco de la crisis mundial,
jamás puede ser una alternativa para la clase obrera.
Sin pretender transformar estos datos
extraídos de publicaciones patronales (Indec, Economía y Regiones y Abeceb) en
un tratado de economía, nos interesa mostrar el cuadro de crisis que debemos
enfrentar en la próxima etapa.
Ya la restricción de las
importaciones y la reducción de compras de Brasil han significado la suspensión
de 2000 trabajadores de Renault Argentina que cobran durante el tiempo de
suspensión el 75% de su salario, lo mismo ha hecho la planta Fiat argentina de
Córdoba suspendiendo a más de 1600 trabajadores; jaqueados los presupuestos
provinciales, como efecto dominó, miles
de municipios en rojo alertan sobre la imposibilidad de mantener personal y
gastos.
Vemos que una vez más todo el
operativo montado por el gobierno, “sintonía fina” mediante, intenta descargar la crisis sobre los
trabajadores, incluso aquellos que están “en blanco” con un salario menor a la
canasta familiar (5.800 pesos) terminan pagando impuesto a las ganancias; ni
que hablar de los cientos de miles de trabajadores en negro y tercerizados de
las privadas y del Estado Nacional, provincias y municipios que se transforman
en el primer “fusible” del ajuste (En Río Negro Ley de Disponibilidad mediante
miles de trabajadores del estado ven peligrar su puesto de trabajo, centenares
ya han sido despedidos).
Las expectativas despertadas por el
Kirchnerismo y el colaboracionismo de las centrales sindicales (CGT, CTA), que
la única disputa que han sostenido es por espacios propios de poder, debilitan
profundamente la organización y respuesta de la clase trabajadora.
La construcción de una alternativa política
propia, de nuestra clase, que plantee una alternativa obrera y socialista a la
barbarie que nos pretende imponer el capital, es nuestra tarea.
2 comentarios:
La verdad que me parece genial este post, realmente muestra lo que esta pasando y me encantaria ver los incentivos que esta teniendo la industria auomotriz en el pais en otras industrias, y poder desarrollar la industria nacional, o que se sigan firmando contratos para poder fabricar modelos vendidos y populares como los de fiat en el pais
Hola Cristian te invito a que te comunique con nosotros
prs-juventud@live.com.ar o facebook: Juventud del PRS. Saludos y gracias por el comentario
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