Cuando se acerca la fecha de cobro,
los trabajadores municipales de Rosario (pcia de Santa Fe) empezamos a contar
los días que faltan, para ver cómo hacemos para llegar. Inesperadamente para la
mayoría de los trabajadores el cobro de principios de abril se atrasó hasta el
miércoles 11, la fecha límite legal (5 días hábiles). Sin embargo, ya el
miércoles 4 los trabajadores del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez
(HECA), que fueron los primeros en enterarse de que se desdoblaría el pago (el
11 el salario normal y sin fecha para las horas extras, pero se hablaba de fin
de mes o el 21 como pronto) salieron a la avenida Pellegrini a manifestar su
repudio, cortando el tránsito.
Paralelamente los directores de los
hospitales municipales -por decreto de la Intendente Mónica Fein- comenzaron a
implementar un recorte de un 30% de las horas extras. El problema no es menor porque, ante los
magros sueldos del personal municipal, las horas extras representan la
posibilidad de llegar a arañar la canasta familiar.
La noticia corrió rápidamente, y por
impulso de los compañeros más activos los trabajadores del Roque Sáenz Peña se
organizaron y reclamaron una asamblea al delegado representante de la
burocracia sindical. La asamblea realizada el martes 10 votó concentrarse al
día siguiente (día de cobro) en la puerta del hospital, para decidir medidas de
fuerza a tomar si no se concretaba el cobro completo. Ese día la numerosa
cantidad de compañeros participantes en la asamblea votó movilizarse por los
alrededores del hospital y la avenida San Martín reclamando el pago de las
horas extras (el gobierno tenía un plazo legal hasta el 14). La movilización
coincidió con otra de los compañeros del HECA y del Hospital de Niños V.J.
Vilela.
La contundente respuesta de los
trabajadores arrastró a algunos delegados de base de la burocracia sindical,
mientras la Comisión Directiva del Sindicato Municipal (SiTraM) hacía un
llamativo silencio y no movía ni un dedo para organizar una mínima protesta.
Los compañeros de base sacaron fácilmente la conclusión que se desprendía de
los hechos: La Comisión Directiva (Ferrazza y Ratner) había arreglado con el
gobierno municipal, aceptando el desdoblamiento, los recortes y la postergación
del pago de las extras.
Tras la movilización del 11 se votó
convocar nuevamente asambleas para el miércoles 14 en el HECA y el Roque Sáenz
Peña para decidir medidas de acción en caso de que el pago de las horas extras
no se concretara en su plazo legal. Ese día a las 0 hs ya estaba depositada la
plata en los cajeros. Fue un triunfo de la movilización y así lo comprendieron
los trabajadores. Queda por delante la tarea de organizar a la nueva camada de
compañeros que esté dispuesta a enfrentar con la lucha las arbitrariedades de
la patronal y la burocracia sindical, apoyándose en la democracia de las
asambleas de base. El desdoblamiento del pago del mes de abril y el recorte de
las horas extras fue un hecho aislado, sino el primer aviso de que los
gobiernos provincial y municipal, frente a los déficits de las cuentas públicas
que va creciendo, pretenden ajustar a los trabajadores.
Además de la experiencia de lucha que
significó esta movilización para los nuevos compañeros que se incorporaron hace
poco tiempo al trabajo, esta situación refleja la falsedad e hipocresía del
discurso “progresista” del Partido Socialista, que gobierna el municipio y la
provincia. Lo mismo que hace Peralta el gobernador de Santa Cruz, en ese feudo
kirchnerista, hace la administración
socialista del partido de Binner. El partido de Binner (integrante del FAP,
junto a radicales del GEN, a De Gennaro de la CTA-Michelli y a Libres del Sur)
ante la primera dificultad económica lo primero que hace es meter la mano en el
bolsillo de los trabajadores, que gracias a su movilización obligaron a pagar
mayo y junio en tiempo y forma. Pero después de 4 años y medio que hace que el
PS gobierna la provincia recién se da cuenta, ahora que las cuentas le dan en
rojo, que las propiedades rurales están recontra subvaluadas y pagan monedas en
impuestos, mientras que las exportadoras cerealeras (como Cargill y Dreyfus,
etc.) y la General Motors (para citar sólo algunos ejemplos) no pagan nada. Eso
sí los trabajadores municipales también tenemos que pagar el impuesto a las
ganancias y cobramos la mitad que los privados en asignaciones familiares. Es
decir, tanto el Kirchnerismo como el Partido Socialista gobiernan a favor de
las patronales, y todo lo demás es verso.
Equipo
Sur/PRS-regional Rosario
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