viernes, 2 de marzo de 2012

Sobre la tragedia de Once: Para el gobierno y los empresarios la vida de los trabajadores no vale nada


“Una tragedia anunciada” fue la frase más repetida ante la imagen siniestra del amasijo de cuerpos de trabajadores víctimas de la sed de ganancias fáciles de los empresarios y, más que la complicidad, la sociedad del gobierno con estos “grupos económicos concentrados”. Cristina, la locuaz, la que puede hacer muy buenos discursos y manejar muchas cifras sin leer, la que siempre tiene una ironía soberbia para descalificar a los trabajadores que luchan y algunas frases ingeniosas para pintar la realidad de bellos colores, se quedó muda, refugiada en El Calafate. Ni siquiera un mensaje de condolencia para el dolor y la angustia de los familiares de los muertos y heridos. Esta vez no hubo cadena nacional. A Schiavi (el secretario de transportes) en su informe ante la prensa lo único que le preocupaba era tratar de salvar la ropa del gobierno: “Si esto hubiera pasado ayer no hubiera habido tantas víctimas” –dijo groseramente- pensando únicamente en el golpe político que los 50 muertos y más de 700 heridos significa para el gobierno por su responsabilidad directa en la tragedia. Descaradamente responsabilizó a las malas costumbres que tenemos los argentinos de ir hacia el vagón de adelante para bajar más rápido!! ¡¡Qué basura!! Hizo referencia a catástrofes ferroviarias ocurridas en otros países para diluir su responsabilidad, dando a entender que cosas como estas pasan también en otros lugares del mundo. Al día siguiente acompañado por el ministro De Vido anunciaron que se presentarían como querellantes, ¡¡pero si deben ser los principales acusados, junto con los concesionarios del grupo Cirigliano!! Es decir el gobierno hizo todo lo posible para quitarse la responsabilidad de encima y burdamente trató de transmitir el mensaje de “Yo no fui”. A Cristina y a los funcionarios de su gobierno no les importan la vida de los trabajadores. Sólo les importan cuantos votos van a perder por las repercusiones de esta tragedia y por eso trataban de despegarse a toda costa.

Mientras tanto los familiares de las víctimas deambulaban por todos los hospitales porteños y por las morgues tratando de encontrarlos. Recién a la noche apareció una lista de las víctimas, aclarando en que hospitales estaban o habían sido atendidos. Pero ahí no terminaba todo, faltaba un muchacho de 20 años que había subido al tren y no estaba en la lista de los hospitales ni en la morgue…Dos días y medio después y a instancias de la familia, Lucas fue encontrado en el cuarto vagón del tren, en el cual nadie había buscado. Un día antes, Macri y el ministro de salud Manzur (junto a la hermana de Kirchner), cada uno por su lado, habían tratado de adjudicarse la gran labor y coordinación de los organismos que participaron en el rescate, pero ahora nadie se hizo cargo de haber dejado a Lucas en el tren. La ministra Garré completó la “canallada” (como la calificaron los familiares de Lucas), argumentando que no se lo había encontrado porque viajaba en un lugar “vedado” para los pasajeros.

Los trabajadores y delegados ferroviarios de oposición a la burocracia, como se pudo constatar en los programas periodísticos, desde hace años vienen denunciando las fallas y falta de mantenimiento e inversión por lo cual los trenes corren sin las condiciones básicas de seguridad. Una cosa es viajar mal, como se viaja en el Sarmiento o en otros ramales, en el subte y en los colectivos. Pero otra cosa es viajar hacia la muerte, ni bien se corte uno de los “alambres” con los que los empresarios hacen arreglar los trenes. Schiavi no mencionó esta costumbre de las patronales de atar todo con alambre para gastar menos y llevarse toda la plata, sin importarles nada los riesgos para las personas y menos todavía si se trata de trabajadores anónimos. Fíjense que la muerte de 50 trabajadores no mereció ni los tres días de duelo que la presidenta decretó para Facundo Cabral.

La empresa inmediatamente salió a acusar al maquinista, aún antes de escuchar lo que él tenía para decir o de esperar los resultados de las pericias. El maquinista ni bien pudo hablar declaró que intentó frenar varias veces y el freno no funcionó, y agregó que varias veces había avisado que había problemas con los frenos y desde el operador le decía “seguí…seguí”. Esto parece confirmarlo el hecho de que en la estación Caballito el tren no alcanzó a frenar en la plataforma, se pasó de largo y tuvo que retroceder.

El grupo Cirigliano-Cometrans, además de la concesión del ex Sarmiento, participación en la UGOFE que maneja el ex-Roca, son los dueños del grupo Plaza que maneja el 50% del transporte de colectivos de la capital y el conurbano bonaerense. Pero además gracias a los subsidios del gobierno tienen empresas de transportes en Perú, en Brasil, y en Miami,EE-UU. Hasta son dueños de fábricas de vagones (EMFER) ¿Y no les alcanza la plata ni para arreglar los frenos de los trenes!!?

Pero qué raro…, a pesar de tantas denuncias durante tanto tiempo, el gobierno no ha hecho nada…¿Será porque el grupo Cirigliano es uno de los grupos capitalistas amigos del gobierno, y que además hace fuertes aportes a las campañas políticas del kirchnerismo?

Muchos compañeros que honestamente creyeron que el kirchnerismo era un gobierno “nacional y popular”, que está con los trabajadores y en contra de los grandes grupos concentrados, ven ahora atónitos cómo el gobierno con Cristina a la cabeza defienden a las empresas mineras (enormes consorcios imperialistas) e intentan hacer creer que no contaminan, cómo se vota “entre gallos y medianoche” la ley antiterrorista, que luego es usada para amenazar manifestantes, cómo se le abren causas judiciales y van presos delegados antiburocráticos y activistas obreros y populares, cómo la Gendarmería de la Garré espía a esos delegados , activistas y militantes de partidos obreros, y ahora cómo Cristina metió la cabeza en el agujero de El Calafate, esperando que pase lo peor, para después con lágrimas de cocodrilo intentar posar de víctima para zafar de la responsabilidad principal que le cabe, en el acto de Rosario. Le quitarán la concesión a Cirigliano? Renunciará el ministro Schiavi? Tal vez alguna cabeza rodará y alguna mano tedrán que soltar. Pero cualquier compañero honesto que pueda reflexionar ya estará pensando si no se equivocó. Y podremos llegar a la misma conclusión de que ningún partido, movimiento o gobierno capitalista jamás estará del lado de los trabajadores, porque sus intereses de clase son antagónicos, irreconciliablemente opuestos. Y que entre capitalistas puede haber cornadas, pero al fin de cuentas son todos de una misma clase burguesa y todos obtienen sus ganancias de la explotación de la clase trabajadora.

Demás está decir que cambiar de ministro o de concesionario no va a solucionar los problemas de fondo del transporte. Estos no se pueden resolver en el marco de un estado capitalista semicolonial y en un período de crisis y decadencia general del capitalismo mundial.

Los familiares de las victimas reclaman justicia. Por supuesto que los trabajadores debemos apoyar este elemental reclamo para que todos los responsables, empresarios y funcionarios, vayan a la cárcel, al igual que el reclamo de los delegados y trabajadores del Sarmiento que han convocado asambleas para plantear la reestatización del servicio, con control de trabajadores, técnicos y usuarios

La solución de fondo sería el control democrático de los trabajadores y usuarios de todos los medios de transporte estatizados, con inversiones estatales suficientes para ponerlos en buenas condiciones y que sean un medio de transporte eficiente, seguro y accesible. Pero esto sólo será posible cuando los trabajadores y el pueblo pobre mediante una revolución derroquemos del poder a los capitalistas e instauremos un Estado obrero.

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