Aguinaldo
en cuotas: un primer round ganado por los trabajadores a pesar de la burocracia
sindical.
El
viernes 29 de junio, el gobernador Scioli transformó los rumores en realidad
cuando anunció que pagaría el aguinaldo en cuatro cuotas a los trabajadores
estatales y docentes bonaerenses. Ya se venía gestando un ambiente de bronca
que se plasmó en la simpatía por el paro del 27/6 convocado por Hugo Moyano,
medida a la que se plegaron un buen
número de trabajadores estatales y de la educación. Conocida la decisión de Scioli, no se habló de
otra cosa en las escuelas y dependencias estatales, los trabajadores
esperaron la reacción inmediata de
los gremios, pero las diferentes
conducciones burocráticas se tomaron su tiempo y anunciaron medidas de fuerza todas en
diferentes días y modalidades para la primera semana de julio. A pesar de la
política divisionista de los burócratas, se expresó esa semana la voluntad de
lucha de los estatales bonaerenses que frente a la falta de claridad en los anuncios
de las medidas de fuerza, pararon
masivamente sin importar el gremio convocante.
Así comenzó el conflicto por el pago en tiempo
y forma del aguinaldo en la Pcia de Bs As. La actitud del gobernador frente a
la masividad de los paros de esa semana fue
la intransigencia. La segunda semana, a los dirigentes no les quedó otra que
coincidir en la convocatoria al paro de 48hs, medida que otra vez hizo sentir
la masividad en todos los rincones de la Pcia de Bs As, pero especialmente en
La Plata donde por abajo se unificaban las protestas callejeras.
A ésta altura el gobernador ya había anunciado
otras medidas para recortar el gasto público, y la presentación a la
legislatura provincial de un proyecto de ley de emergencia económica (que no
prospero aún), pero también intentó dividir anunciando que pagaría todo el
aguinaldo a los que cobran menos de $4000, el pago total a los trabajadores del
IOMA, mientras la justica pcial dijo que
pagaría a sus empleados con fondos propios la totalidad del aguinaldo, y Mariotto
le aseguró lo mismo a los trabajadores de la legislatura.
Enseguida
el conflicto tomó relevancia política nacional, se instaló la discusión de los
problemas económicos en todas las
provincias, y se coló la conocida pelea
entre el gobierno nacional y provincial que tirándose la pelota el uno al otro,
colocaron a los trabajadores como aparentes rehenes de la interna del
kirchnerismo. Pero no es cierto que en
territorio bonaerense sólo se jugaron cuestiones de la interna del peronismo.
Las dificultades económicas son reales: en doce provincias, decenas de
municipios, peronistas, radicales o socialistas han hecho saber sus
dificultades para pagar sueldos y aguinaldos y anuncian grandes dificultades en
los próximos meses. Ésta realidad se
relaciona directamente con la situación de la economía y con la política, tanto
del gobierno nacional como de los provinciales, de hacer pagar a los
trabajadores los costos de la crisis. El
discurso desde la rosada es que los gobernadores tienen que hacerse cargo, afrontar las crisis
provinciales y dejar de pedir auxilio a la Nación. En otras palabras CFK les
exige a los gobernadores provinciales que ajusten y asuman los costos políticos
de dichos ajustes, por supuesto que aprovechó la crisis bonaerense para hacerle
morder un poco el polvo a Scioli, pero la plata para completar el pago total
del aguinaldo que aportó la nación, es de los fondos del Anses y será
descontada de la coparticipación federal; si tan áspera disputa por fondos
terminó resolviéndose durante éste mes, fue por la contundente respuesta de los
trabajadores, que a pesar de sus dirigentes mostraron voluntad de lucha.
Pagaron todo el aguinaldo
en julio, sin embargo: El ajuste llegó para quedarse
Hasta
fin de año el faltante en la provincia ronda los 11 mil millones. Eso es lo que
necesita Daniel Scioli para hacer frente a gastos entre otras cosas, de
salarios. El pago del aguinaldo pasó, pero las consecuencias de las medidas de
“recortes” ya se empiezan a sentir. Las obras de infraestructura escolar o de
salud están paradas, los proveedores del SAE (Servicio Alimentario Escolar) amenazan
con dejar de entregar mercadería ya ésta semana, es decir que peligra el
servicio de comedor y copa de leche en las escuelas; y no está muy claro cómo
hará el gobierno provincial para afrontar el pago en tiempo y forma de los
salarios. Por otro lado, quedan pendientes las reivindicaciones más sentidas
antes del pago en cuotas del aguinaldo: la eliminación del impuesto al salario,
del tope a las asignaciones familiares, el aumento de salarios frente a la
creciente inflación que licua el poder adquisitivo, el pase a planta de los
trabajadores precarizados, en el caso de los docentes todavía quedan miles de
trabajadores que vienen cobrando menos o no cobrando desde comienzo del ciclo
lectivo.
Prepararse para enfrentar
el ajuste
Es
una necesidad para defender nuestras conquistas y para pelear por nuestras
reivindicaciones más sentidas, para defender la salud y la educación pública,
enfrentar de conjunto el ajuste que ya comenzó. Para esto hay que tener una dirección dispuesta a hacerlo,
un programa de lucha que vaya al fondo de la cuestión, y no que nos ponga a los trabajadores como furgón de cola de los
intereses patronales, y además que las decisiones estén en mano de los
trabajadores. Y aunque para muestra sobra un botón como dicen las abuelas, una vez más los burócratas sindicales
mostraron la hilacha: Mientras los trabajadores discutían en los lugares de
trabajo, sobre la necesidad de luchar de manera unificada, la burocracia de
todos los gremios intentaba garantizar lo contrario. Roberto Baradel, Sec. Gral.
de SUTEBA como era de esperar se sumó al
discurso kirchnerista, haciendo eje en la “mala administración” de Scioli,
tratando en todo momento de despegar al gobierno nacional del conflicto, y en
su rol de Sec. Gral. de la CTA en la
Provincia, se encargó de dividir la movilización de estatales y docentes. Por
su parte el Sec. Gral. de ATE (que responde a la CTA nacional michelista) puso
el acento en la discusión sobre la coparticipación federal, programa que viene
levantando el FAP (Binner), y en cuanto a la movilización y medidas conjuntas
tampoco tuvo una política alternativa a la del yaskista Baradel. Los gremios de
la CGT, como UPCN se vieron obligados a convocar al paro luego de años de no
realizar medidas de fuerza. Por supuesto no hubo ningún impulso desde este
sector de la burocracia ni para unir la lucha ni para movilizarse, al igual que
UDOCBA, gremio docente que le disputa al FGB (frente de SUTEBA y FEB).
Durante
las tres semanas de conflicto, distintos
sectores de oposición a la burocracia planteamos la necesidad de unir la lucha
por abajo, de diferentes maneras, asambleas conjuntas de estatales y docentes
por distrito, reuniones de delegados conjuntas, plenario provincial de
delegados, etc. Hubo un Encuentro Opositor que se pronunció al respecto y que
votó dar impulso a una orientación de este tipo luego del receso escolar. Lo
cierto es que para desarrollar una orientación de esas características hubiera
sido muy importante que lo tomara algún sindicato distrital, pero esto no
ocurrió. La azul y blanca de SUTEBA (PCR) junto al MST acompañaron la
orientación de Micheli, incluso abandonando la pelea por la unidad de los
docentes. Y por ahora no ha surgido ninguna junta interna o dirección distrital
que tome en sus manos el desarrollo -ni siquiera distrital- de organismos de
base de discusión y decisión que nucleen a docentes, auxiliares, trabajadores
de la salud, etc. Donde hubo coordinación distrital fue entre comisiones
directivas. Esta es una de las razones por las cuales las diferentes
burocracias pueden tener aún el control general del conflicto.
Hoy,
tanto los dirigentes de los sindicatos estatales y docentes enrolados en ambas
CTA, parados desde el triunfo real que significó derrotar el aguinaldo en
cuatro cuotas, plantean -por supuesto desde la web- que hay que retomar las reivindicaciones pendientes.
Desde
el CE (PRS-CT) opinamos que tenemos que prepararnos para enfrentar el ajuste,
y organizarnos para pelear por un
programa de lucha que refleje todas nuestras necesidades y que sea
independiente del gobierno, los diferentes sectores de la oposición patronal y
las alas de la burocracia o corrientes sindicales que les responden. Para
luchar desde la base por ese programa y métodos de lucha tenemos que agruparnos
los sectores que acordemos con esta orientación.
Elena
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